PROTEGO reconoce que la columna vertebral de esta organización, son los hombres y mujeres que se comprometen e involucran día con  día con el sostenimiento, posicionamiento y éxito de nuestra firma. En este sentido,  el factor humano se convierte en el principal activo intrínseco que se debe proteger, formar, desarrollar y multiplicar; por medio de planes y programas que permitan a nuestros colaboradores encontrar en PROTEGO: el lugar idóneo para profesionalizarse de manera INTEGRAL en las modalidades que la  SEGURIDAD PRIVADA entraña

El sector de la seguridad privada confronta ambientes externos con cambios continuos; muchos de ellos drásticos. Hoy vivimos nuevas realidades como consecuencia de la crisis sanitaria del COVID-19, consecuencias que emanan también de las reformas fiscales, laborales y demás normas que enmarcan nuestra funcionalidad como organización. Estos factores externos, se vuelven también elementos positivos para ver más allá de la crisis; es momento de reinventarnos, momento de identificar, crear y gestionar nuevas oportunidades. Para lograrlo tenemos que fortalecer nuestra identidad y nuestro espíritu  corporativo.

Nuestros postulados éticos aspiran a ser fuente de pasión, fortaleza e inspiración, frente aquellos contextos de flaqueza y abandono del deber ser. La conducta esperada es aquella que armonice los valores decretados, alineándolos con los objetivos trazados en el plan global estratégico. La práctica habitual de  los valores recogerá en consecuencia natural; la sostenibilidad de nuestra organización en el corto plazo y la sustentabilidad anhelada que nos permita lograr un lugar en la historia y en la evolución de la industria.

La prestación de nuestros servicios especializados en seguridad privada, requiere conductas fundadas en la moral inquebrantable de todos y cada uno de los seres humanos que forjamos la familia PROTEGO.